Banda para oídos finos, considerada una de las mejores (si no la mejor) banda de rock progresivo latinoamericana, inquietos, excelentes instrumentistas y serios músicos te van llevando por escenas creadas sobre sólidas bases musicales. Segundo disco de la banda, es aquí que encuentran un sonido mas apretado y el álbum mantiene una gran solidez.
Mar de Robles (2007) Indígena
01. Chúcaro (08:28)
02. X_2004 (04:19)
03. Perimontu (05:43)
04. Rancagua Nocturno (07:42)
05. Aborigen (04:58)
06. Sobreviviente (05:43)
07. Chilenos (07:37)
08. Mar De Robles (05:20)
09. Ubuntu (05:33)
Músicos
Julio Tobar: Vocalista, saxo, flauta
Rodrigo Moris: Guitarra
Cristián Larrondo: Bajo fretless, Chapman Stick
Jesús Parada: Bateria, percución
Rodrigo Moris: Guitarra
Cristián Larrondo: Bajo fretless, Chapman Stick
Jesús Parada: Bateria, percución
Básicamente instrumental (sólo en 'Chilenos' aparecen cantos como tal), la propuesta musical de Mar de Robles no ha cambiado casi en nada con respecto a su primer álbum, pero ha madurado notablemente. Desde que "Indígena" comienza con 'Chúcaro' uno se entusiasma con los ritmos enérgicos y elaborados, escuchándose cohesión en su trabajo y unas claras ganas por hacer las cosas simplemente perfectas. Ésa esencia rítmica de aires Crimsonianos combinados con la importancia del decoro en los alientos, el trabajo importantísimo del bajo, la guitarra que es capaz de asumir roles rítmicos envolventes y la base percusiva intrincada y sólida, todo superpuesto con la dosis ideal del equilibrio, supone un álbum cuyo desempeño y movimiento será dinámico, sin cabida a medianismos. Cuando uno se habitúa a las manifestaciones rítmicas potentes, enarboladas por el arrojo libre y expresivo, decoradas con fusión y jazz, aparecen los matices de folclor sudamericano, mostrando su reconocimiento y respeto por la sensibilidad que los caracteriza, poniendo –por si aquello fuera poco–, la identificación absoluta a una banda comprometida con la calidad y la caracterización unificada, apartándose del grupo de las bandas cuya oferta es mas condescendientes con la gente. Mar de Robles se salió del vaso con su honesta agresividad, casi violenta pero sin volverse algo enervante. Por el contrario, la música que representan es una infusión de furia y energía, dosificada con los suficientes cambios de intención y pases intrincados a descansos hasta cierto punto atmosféricos, ensoñadores e imaginativos.
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